Intuición de la materia, por Silvia Dick Naya, 2012
Un árbol tumbado en una calle del barrio de Chacarita. Olor a tierra y sequedad en la corteza. El ciprés y la artista. Pura materia buscando ser transformada. De estas sorpresas, se llena el alma María Emilia. Ve, reconoce y elige. Sabe que con mucho trabajo podrá sacar lo mejor de la madera, pero también lo mejor de si. Esta es la historia de Territorios de la mirada. Un pedazo de tronco regresado a la vida. Otra vida, la de obra de arte. Sobre un pequeño pedestal se apoya una forma orgánica redondeada de madera clara, que se oscurece hacia el centro, lugar de fractura, donde se engarzan dos láminas de acero reflectantes. Este es el resultado de un año tallando y jugando con la materia, corriendo al rincón del taller, para calmar la ansiedad y esperar el momento en el que la obra diga:“estoy lista”. Lista para exponerse y atraer la mirada de los espectadores, demandantes eternos, de significados y relaciones. Un antiguo electrodoméstico en desuso. Un ejercicio de desarmado y la máxima de los escultores contemporáneos “Nada se pierde, todo se transforma” que María Emilia practica con esmerada dedicación. Esta es la historia de Las flores de mi jardín. Un girasol hecho con las aspas de un ventilador y otras flores de alambre y botones. Sobre el corte transversal de un tronco, se yergue un tallo de hierro del que se desprenden seis flores de distintos materiales. Pura diversión. Una obra lúdica para explorar y poner en el jardín, esperando que el viento haga girar los pétalos de la oleaginosa.
Una pala para abrir zanjas, torcida e inútil y varios metros de hilo sisal envueltos en alambres. Dos relieves esculturales colgados en la pared como flores. Esta es la historia de Bruta flor y Florcita. Una pala que endereza su destino y compone con austera dignidad, un homenaje al trabajo del hombre y una florcita, sutil pareja de Bruta Flor, que aleteando en el espacio como una abeja, acompaña y soporta con su materia noble y simple, ese mundo de esfuerzos.
Por Silvia Dick Naya.
Muestra colectiva junto a los escultores Alfredo Williams y Estela Garber, en Casa Matienzo, 2012